Pep Guardiola no ha permitido que sus jugadores hablaran esta semana del partido del Bernabéu, pero no ha podido impedir que lo hiciera ese individuo al que hace un par de semanas definió Jimmy Giménez-Arnau como un facha de tomo y lomo. “Por donde pasa este asno no vuelve a crecer la hierba”, ha dicho recientemente de él.
Yo creo que se pasó un poco Giménez-Arnau. Stoichkov no llega a tanto. Simplemente es un macarra que trata de hacerle gracia al barcelonismo por la sencilla razón de que el barcelonismo no quiere saber nada de él. Quiere entrar en el Barcelona como sea y no lo consigue por más que Johan Cruyff interceda por él.
A Stoitchkov, no obstante, por ser quien fue (como futbolista) se le permite ver los partidos en el Camp Nou desde una posición privilegiada, pero nada más. Cuando se iniciaba como entrenador lo recomendaron también a algún club, pero eso también se acabó. Es muy malo. Le han echado de todos los sitios porque no vale para estar en un banquillo. Y también deja mucho que desear en cuanto a relaciones sociales. Como digo, es un macarra.
También es un mentiroso. Hace unos días le han despedido de Suráfrica, aunque él dice que se le acabó contrato y que no lo quiso renovar. Eso no es verdad. No hay más que ver lo que se ha escrito de él por allí. Y precisamente a Suráfrica se tuvo que ir porque aquí ya le conoce todo el mundo y no lo quiere nadie. Tras destrozar al Celta, las puertas del fútbol español se cerraron para él. Ni siquiera el Barcelona quiso darle un equipo juvenil para que transmitiera sus conocimientos a los chavales.
Stoitchkov, al hablar del partido del Bernabéu, ha dado a entender que el árbitro del mismo, Mejuto González, va a perjudicar al Barcelona, con lo cual, además de mentiroso, es tendencioso, al menos por lo que al historial del colegiado asturiano respecta. Lo malo es que aún hay gente que le ríe las gracias. Quizá por esa razón lo mejor que podría hacer es perseverar en su vena de payaso y dedicarse al circo. Ahí no le faltaría trabajo.
